India y Nepal: Un Viaje en el Tiempo. VI: Llegada a Nepal. Palpa (Tansen)

by - septiembre 28, 2022

 CapĆ­tulo VI: Hacia tierras nepalĆ­es


Decidimos levantarnos a las 7:30 para no llegar muy tarde a la frontera indo-nepalĆ­. Tras la ducha de rigor pusimos rumbo a la estación de trenes, llegamos sobre las 8:30. Preguntamos los horarios y el andĆ©n de los buses que iban a Sunauli, nos indicaron que directamente en la calle de en frente. Vimos un bus, asĆ­ que nos acercamos a preguntar y casi sin darnos cuenta nos subieron al autobĆŗs y arrancó sin darnos tiempo siquiera a buscar sitio. SĆ­, digo buscar porque asientos libres no quedaban. Gala tuvo la suerte de poder pillar un asiento porque a un hombre le mandaron a otro lado. Yo y mi mochilón corrimos peor suerte, a la vista de ausencia de asientos libres rĆ”pidamente tiraron una maleta al pasillo y encima pusieron un tablón en el que nos acomodaron a mĆ­ y a una seƱora. Sin respaldo, sin espacio (medio culo fuera y mis pies a medio apoyar) y con la mochila entre mis brazos fue un viaje que difĆ­cilmente olvidarĆ©. Encima morĆ­a de hambre y de sed, porque el aire acondicionado eau de humanitĆ© no hacĆ­a que el ambiente fuera muy fresco. ConseguĆ­ meter la mochila en el altillo a duras penas, tanto fue asĆ­ que en uno de los mil baches y frenazos la mochila cayó. Me dejaron levantar para colocarla de nuevo y aprovechĆ© para pillarle agua a dea, que tampoco tenĆ­a cara de estar pasĆ”ndolo muy bien. DespuĆ©s de 1h de trayecto tuve la suerte de que el indio de mi derecha se bajó, asĆ­ que pude adquirir su butaca con respaldo, ¡pasaba a la zona VIP! El trayecto fue cuanto menos eterno, intentĆ© distraerme con lo que fuera para que el tiempo huyera en vez de pasar. El bus paró mil y una veces y la gente que subĆ­a y bajaba, los enseres que transportaban y demĆ”s parafernalia es difĆ­cil de explicar, pero conociendo al paĆ­s os podĆ©is hacer una idea. 
 
A las 3h llegamos al destartalado pueblo de Sunauli, se trata de una carretera polvorienta con casas a ambos lados, diversos comercios y mucho bullicio. Donde nos dejó el bus tocó hacer una caminata hasta la frontera. Por el camino un hombre nos indicó que debĆ­amos sellar la salida en el Passport, miramos hacia donde dijo y sĆ­, allĆ­ habĆ­a un cartelito donde lo ponĆ­a. Pero vamos que tal y como ponĆ­a oficina de inmigración de la india tambiĆ©n habĆ­a otro que a saber quĆ© vendĆ­a, si nadie nos lo llega a decir pasamos de largo fijo. Rellenamos los papeles y tras recibir el sello fuimos a cruzar el arco que delimita la frontera, pasamos a Belahiya ¡estĆ”bamos en Nepal! Entramos en la oficina para sellar nuestra entrada y obtener el visado, fue Gala esta vez la que tuvo una emergencia intestinal que al parecer arrastraba desde que se montó en el magnĆ­fico bus. Mientras ella fue al baƱo yo me quedĆ© rellenando papeles y hablando con los oficiales, que al contrario que sus homónimos indios fueron sĆŗper amables y cercanos. Todos los deberes hechos y mochila a la espalda nos dispusimos a salir en busca de un bus a Tansen. Nada mĆ”s salir por la puerta ya nos estaban ofreciendo uno a Pokhara, fuimos a su oficina y le dijimos que Tansen. El precio estaba algo inflado, pero como nos permitĆ­an pagar en rupias indias y nos llevaban en taxi hasta el bus que iba a salir en pocos minutos, aceptamos. 
 

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Llegamos a Bhairawa desde donde salía el bus, contentos nos montamos en una de las plazas delanteras con ventanas por donde poder ver el paisaje. Al poco tiempo arrancó el bus y pudimos asimilar lo que llevÔbamos de día, el cambio de país y las enormes diferencias que estÔbamos encontrando. Lo mÔs notable fue la ausencia de gente, dejamos atrÔs la hiperpoblación india y eso se notaba, como consecuencia de ello también apreciamos menos ruido, menos mierda y menos animales cruzados en la carretera.

En el bus nepalĆ­

Nuestro siguiente alto en el camino fue Butwal. AllĆ­ estuvimos parados durante 1h, unos 35min en la estación y luego un buen rato por las calles del pueblo. Ya que el mĆ©todo bus nepalĆ­ funciona de ese modo, siempre va con la puerta abierta con un hombre gritando el destino y parĆ”ndose cuando alguien hace ademĆ”n de subirse. Ni que decir tiene la peligrosidad de todo esto, porque las carreteras y la orografĆ­a del paĆ­s digamos que no son demasiado propicias para viajes seguros. La verdad es que el transporte es de los pocos peros que le estĆ”bamos sacando a nuestra primera incursión en estas tierras. Fue salir del pueblo y el paisaje cambió drĆ”sticamente, el verdor de las montaƱas y la cantidad de agua que desfilaba por el rĆ­o y atravesaba la carretera en varios tramos hacĆ­a parecer que estuviĆ©ramos en lo mĆ”s recóndito del planeta. 
 
 
Paisajes desde el bus

LugareƱos por las montaƱas nepalƭes
 
Casi tres horas despuĆ©s de salir de Butwal llegamos a Bartung, pueblo donde nos dejaba el bus. AllĆ­ tenĆ­amos que coger transporte hasta Tansen, que estaba a escasos kilómetros del cruce donde nos habĆ­amos apeado. Justo pasó un bus, pero iba hasta arriba (literalmente) asĆ­ que mĆ”s adelante encontramos un 4x4 al que subimos y que poco a poco se fue llenando de gente. Cuando arrancó llegamos a contar hasta 18 personas, pero en cuanto se acercó al pueblo fue recogiendo a gente por la carretera hasta casi llegar a la treintena (ver vĆ­deo). No tardamos mucho en llegar a la polvorienta estación de autobuses. Desde allĆ­ abrĆ­ la guĆ­a y buscamos donde se encontraba el alojamiento al que habĆ­amos echado el ojo. Seguimos por una calle colina arriba bajo la atenta mirada de niƱos y mayores, eso sĆ­, siempre sonrientes. Ni que decir tiene que los rasgos nepalĆ­es son completamente diferentes a los indios, que la “influencia” asiĆ”tica ya se nota bastante. 
 
 

Una vez en la guesthouse nos enseƱaron la habitación, la verdad que para lo que ofrecĆ­a era bastante cara (en comparación con la India). Dejamos los macutos y bajamos a sacar dinero para pagar el hotel, ya que no tenĆ­amos rupias nepalĆ­es. Nos costó sacar dinero ya que ningĆŗn cajero daba mĆ”s de 3000Rp, pese a que venĆ­an opciones de mucho mĆ”s dinero, y tardamos bastante en descubrirlo. Pagamos la habitación y salimos a ver el pueblo. Tansen, o tambiĆ©n llamado Palpa, es una pequeƱa ciudad enclavada en las montaƱas. Es un lugar tranquilo y con ambiente antiguo, medieval. Tiene mil callejuelas por las que perderte y destacan las casas tĆ­picas newaris. Nos llamó mucho la atención la amabilidad de sus gentes y los continuos saludos de los niƱos tĆ­midos y sonrientes. Hay algĆŗn que otro templo repartido por la ciudad, pero lo que hace que la gente visite Palpa es sus alrededores, que por ser Ć©poca de Monzón no pudimos visitar, pero al menos disfrutamos del enclave. Volvimos a la estación de bus a preguntar por el bus a Pokhara para el dĆ­a siguiente, habĆ­a uno a las 6 y otro a las 10. Caminamos calle arriba y llegamos a lo alto del pueblo, allĆ­ nos encontramos con el loco del pueblo, que a saber lo que nos decĆ­a, nos persiguió un buen rato hasta que llegó otro hombre y casi le calza una hostia de mucho cuidado, nos dijo que estaba de la olla. 
 
Cas tĆ­pica Newar

Por las calles de Palpa

Las magnĆ­ficas vistas de los alrededores

Callejeando
 
Hicimos gazuza y decidimos volver al hotel a cenar, pero allí nos dijeron que hasta las 21h no abrían la cocina así que retornamos al centro del pueblo y fuimos al restaurante mÔs famoso del mismo: Nanglo West. Era un sitio lujoso y con muy buena pinta, pero al ver la carta vimos que el precio no estaba lo inflado que esperÔbamos. Pedimos unos momos, unos noodles y una pizza, todo riquísimo. Durante la misma se fue la luz en todo el pueblo y rÔpidamente nos trajeron una lamparita. Cuando hubimos acabado de cenar aún no había vuelto la luz así que linterna en mano caminamos hasta el hotel. Una vez allí no tardó mucho en llegar la luz, nos tiramos en la cama a descansar del largo viaje.

 

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Resto de capĆ­tulos

CapĆ­tulo XII: Quemando motores

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